martes, 27 de noviembre de 2007

Retazos de una divulgación primaria




Estamos en el entierro de Sebastián. Nadie sabe de qué murió. Fue una muerte muy extraña aunque estuvo internado ni los médicos supieron la causa.
Con Diego salimos afuera a fumar un faso. Aunque eso fue lo que le dijimos a tod@s. La realidad es que él es el hermano del muerto y estamos buscando un murito donde darnos un saque.
L@s demás están cercando la tumba, entre lágrimas y desconciertos. Al volver empiezo a hablar con Fiorella que me comenta entre risas que quizás utilice esa historia para la tesis que está haciendo para recibirse. Nicolás con el mate se sienta sobre la lápida y escupe en la tierra. Pablo no deja de mirarlo y rascarse la cabeza con ambas manos. Tod@s nos preguntamos porqué no vinieron ni Diego, ni María José.
Otro Diego está preocupado por el hermano vivo y abre una caja de “Marleys”. El último del grupo y el más gracioso, aunque se sigan repitiendo los nombres, Nicolás da vueltas de un lado a otro. Dicen que se tomó una tripa pero nadie sabe muy bien porqué. Yo creo que se le juntó el juicio en el trabajo.





Jhon Doe está frío, pálido dentro de un ataúd. Mucha gente está dentro de la funeraria. Afuera una multitud. Algunas llorando, otros con carteleras.

Los días posteriores todos los medios de comunicación, mundiales, hablan de él. De sus creaciones. De su vida. Su discurso. Se hacen nuevos recopilados. Pasan viejos documentales. Se publican viejas entrevistas y nuevos libros.

La CNN entrevista a una mujer que dice tener una única copia de un material de lectura de él. En la subasta, un local de caoba y sillas de mimbre, el subastador termina de decir tres al hombre que marca el millón.

En el salón de al lado, la mujer, espera su tajada. Al llegar, el gerente, rompe el “supuesto” cheque.

- Vos no tenés ningún comprobante de que esto sea
tuyo y ni siquiera de que te lo hayan regalado.





En el cumpleaños de 15 le meten una mano en el culo y se ríe.

A los 10 años el abuelo la hace masturbarlo.

En una casa se mete, se deja a poyar en todo el cuerpo, se hace la niña, se roba un cable.

A los 27 miente a diestra y siniestra para poder juntar la plata para cumplir su sueño.

A los 30 maltrata niños en las esquinas.





En la noche, la policía encuentra, un hombre ahorcado, en un árbol. Las vecinas salen a decir que esa casa era una locura. Que se escuchaban gritos. Cosas que se rompían. Llantos.

L@s poca@s que lo conocían dijeron que en la calle ni se hablaba con su mujer. Que no se daban pelota, que discutían o reían.

Amig@s en común no tenían. Por lo que no se pudo averiguar más. Las familias no quisieron hablar.

Detrás de un muro, ella, escucha cargar el cadáver.

En la morgue el médico forense lo desnuda. Marcado a navaja tiene algo escrito en el pecho. Mirándolo de frente lee: “Perdón por haber sido yo quien empezó las agresiones”